Va para ti

Esta entrada de hoy va para un sector en particular, para un grupo de gente que sí sabe como encarar la vida.
Para ti que te partes el alma inventando una mejor manera de vivir, tratando de cambiar las reglas de este mundo cada día más absurdo e inundado de esas ideas desechables que pretenden implantarnos los políticos de pacotilla. Sí, esos mismos que carecen de verdadero arranque y habilidad para dirigir sus vidas y se creen con total libertad y destreza para gobernar un país.

Dedicado a los obreros, taxistas, peluqueros, comerciantes informales y demás personas que se les alumbra el entendimiento; mientras hacen las compras, por ejemplo, dejando en evidencia que gozan de mayor capacidad que los que se hacen llamar alcaldes, concejales, gobernadores, diputados, presidentes, embajadores y pare usted de contar las diferentes variantes gubernamentales de cada nación.

Las mejores ideas se producen en los momentos menos esperados y en las personas que jamás imaginamos, pero tristemente las grandes posiciones las ocupan los menos indicados.


Y lo digo con propiedad… La gente que está en las calles, en las barriadas, en las condiciones precarias, sintiendo la necesidad desde cerca, viviendo en la miseria, despertando en la desidia, es la única que verdaderamente entiende lo difícil que se ha vuelto levantarse una mañana para comprender que las cosas van de mal en peor, y sin embargo es la que más optimismo demuestra, la que no pierde sus fuerzas ni desmaya.

Es esa gente que no entiende de toldas políticas, no sabe diferenciar entre izquierda y derecha, sólo espera que alguien demuestre con hechos, que tal vez hay algo más que lo abrumador de sus palabras.

¿Y qué puede saber un rico de necesidades?
¿Qué puede importarle las carencias de un pueblo a quien todo lo tiene?

Los gobiernos pasan, pero la sociedad permanece y lucha día y noche pateando la calle en busca de oportunidades y alternativas que hagan que de una vez por todas las cosas mejoren. Hoy, leí a alguien en Twitter, decir que deseaba irse a otra nación, porque su lugar de origen sólo le inspiraba miedo, por las diferentes problemáticas que a diario se presentan.

Yo, pienso lo contrario, de aquí no me mueve nadie… Prefiero quedarme y hacer patria. Mi país necesita de ideas, de gente trabajadora que no tema levantarse y alzar la voz para denunciar cualquier irregularidad.

No queremos héroes, sino luchadores. Ya hay suficientes cobardes, ahora sólo queremos dolientes de un país que se niega rotundamente a morir.

¿Huyes o te integras a trabajar por tu nación?

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