7 de febrero de 2014

Mezclar el trabajo con el placer: Esto es lo que ocurre


Siempre nos han dicho que por nada del mundo debemos caer en la tentación de mezclar el trabajo con el placer, que es completamente negativo y que nos traería innumerables problemas. Algo de cierto debe existir en todo eso. Seguramente muchas personas hicieron caso omiso a esa regla y los resultados no fueron para nada favorables.  Pero, ¿qué ocurre cuando ignoramos esos consejos y mezclamos el trabajo con el placer? Te invito a descubrirlo en esta entrada.

 Entendemos que placer es sentir satisfacción por lo que se realiza, y trabajar es una ocupación retribuidaLo que no queda del todo claro es que exista ese rechazo por mezclar el placer con el trabajo, y no, no hablo de relaciones, alcohol, juegos o cualquier tipo de acción que para alguien pueda resultar placentera pero que posiblemente  terminaría entorpeciendo nuestro desempeño laboral. A lo que me refiero es a lo realmente maravilloso que es encontrar ese punto convergente que existe en el goce que sentimos cuando estamos haciendo lo que nos gusta, y es entonces cuando dejamos de percibir ese oficio como un “trabajo”, y lo disfrutamos al máximo. 


La pasión por encima de todo


No se trata de ser adicto al trabajo, sino de encontrar ese toque esencial para disfrutar de lo que hacemos. Sentir pasión es lo más importante porque eso facilitará las cosas y nos mantendrá motivados.
Cuando mezclas el trabajo con el placer o simplemente lo que haces te resulta realmente placentero, esto es lo que obtienes:


1.-   Motivación: Al divertirnos con lo que hacemos nos llenaremos de gran motivación para continuar desempeñándonos cada día mejor que el anterior. Nos invadirá el ánimo necesario para enfrentarnos incluso a los días poco agradables (todos tenemos al menos uno en el mes). 

2.- Creatividad: Indispensable para descubrir nuevas formas de realizar nuestro trabajo y de asumir otros retos en la vida. Por cierto, hablo de ese factor fundamental en una entrada que escribí hace algún tiempo, producto de un experimento, se trata de 5 cosas que aprendí de un niño de 5 años. ¡Te sorprenderás!

3.-  Paciencia: Sí, la paciencia es un don y todos necesitamos al menos una dosis de ella no sólo para el trabajo sino para cualquier cosa que se relacione con nuestra cotidianidad.

4.-  Ideas, ideas y más ideas: Ya sé que hablé de la creatividad, pero es que es evidente que cuando disfrutamos lo que hacemos y nos sentimos realmente cómodos, saltan nuevas y grandes ideas para absolutamente todo.

5.-  Mejor desempeño: Mientras más nos enfoquemos en nuestro trabajo y practiquemos, lograremos desempeñarnos mejor. A veces es necesario cometer algunos errores que terminan aportándonos una gran lección, pero hay que seguir intentando una y otra vez hasta obtener el resultado que esperamos.


6.- Experiencia: Acabo de mencionar el desempeño, lo que evidentemente nos proporcionará una gran experiencia. Tener la oportunidad de trabajar en algo que además nos resulta encantador, debe ser no sólo motivo de alegría, sino una de las mejores experiencias de la vida. Seguramente nos aportará muchas anécdotas gratas y otras que nos harán reflexionar y aprender.

7.-  Contactos: En la actualidad cualquier lugar de trabajo requiere de la interacción con al menos una persona, no importa si trabajamos desde casa. Y mientras más disfrutemos de lo que hacemos, la motivación estará muy presente, las ideas y la creatividad nos llevarán a intentar otros proyectos o nos dará la posibilidad de conocer personas tan apasionadas por su profesión como nosotros. En fin, conoceremos gente aunque no lo tengamos planteado y esto nos abrirá muchas puertas que seguramente necesitaremos en el futuro o en el momento de querer emprender algo nuevo.

Sí, es bueno que nos paguen, pero no lo es todo. Debe ser lo más aburrido del mundo tener que estar atado a algo que no nos gusta simplemente por el dinero. Creo que lo mejor es encontrar esa pasión que nos mueva a desarrollar nuestra creatividad y trabajar con esmero, para obtener la remuneración que nos merecemos.

 Después de todo no resulta mala idea mezclar el trabajo con el placer, al contrario, nos ofrece múltiples ventajas que si sabemos aprovechar, serán altamente favorables en nuestra vida profesional y social.



Conclusión:  Si no sientes placer con el trabajo que estás realizando es que definitivamente no es lo tuyo, el ambiente o lugar donde te desempeñas no es el apropiado, estás pasando por una situación que te impide disfrutarlo como deberías o no le has encontrado el verdadero sentido a eso asombroso que estás realizando. ¡Resuélvelo!

"Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida". - Confucio.