Qué distinto sería todo, si los políticos realmente se dedicaran a solventar las necesidades de su comunidad, esos sectores desasistidos que sólo son visitados cuando se acercan los procesos electorales. Con esas consignas de libertad, democracia y hasta socialismo de inclusión, son engañados los pueblos una y otra vez.
Cuando se trata de los políticos y sus eternas estrategias, siempre sobran ejemplos. Los rojos, verdes, amarillos, blancos, azules, y así el arcoíris entero se encarga de vender sueños que siempre terminan incumplidos, comprando conciencia y burlando las esperanzas de un país que no resiste tanta desidia y engaño.
No creo que en Venezuela, ni en ningún otro país, soporten más patrañas y desilusiones. Muchas cosas cambiarán cuando se levanten los pueblos, incluso contra quienes pregonan luchar junto a ellos, quienes con un sistema mimetizado arremeten contra un sector, engañando al resto con “sueños de libertad y poder popular”. Chavismo y oposición, siguen el mismo hilo que deja a este país en completa desilusión.
Si en lugar de hacer política hipócrita, desleal y corrupta, esos aspirantes a cargos públicos y líderes sociales se dedicaran a recorrer las calles y avenidas, no en tiempos de campaña política, sino constantemente, viviendo de cerca la desidia, conociendo las necesidades y se desempeñaran como verdaderos gestores sociales, Venezuela dejaría de ser una patria dividida y olvidada, para transformarse en lo que desde sus inicios ha reclamado, ser un país libre y soberano, con un verdadero modelo económico, alejado de los caprichos de sus gobernantes, que sólo regalan y derrochan su dinero y no son capaces de invertirlo en el progreso de esta noble patria.
Si políticos y comunidad, tomaran la iniciativa y trabajaran para sacar adelante esta nación, y se olvidaran de diferencias ideológicas, Venezuela dejaría de ser un ideal para convertirse en una maravillosa realidad.
¿Qué esperamos?
Es tiempo de reaccionar. Yo estoy dispuesta, ¿y tú, lo estás?