Aprovechando la fecha 15 de enero, y celebrarse el Día del Educador en Venezuela, decidí abordar un tema que tal vez pueda resultar polémico pero necesario.
Si hay una profesión realmente necesaria,
indispensable, sin lugar a dudas, es la docencia. Nada en la vida tiene tanto
significado e importancia como el hecho de ser educado, y en esto hay que dejar
claro que no se trata de depositar toda esa responsabilidad en las
instituciones o en el docente, la educación viene de la casa. Los colegios y
universidades tienen la función de formar, y sin ánimo de ofender, algunos
simplemente no cumplen con ese rol, al menos no como deberían.
Cada año, miles de niños ingresan al jardín de
infancia, donde desarrollan habilidades psicomotoras, además de lo que aprenden
en casa o en la tv. Absorben todo como una esponja, algo que en cierta forma
puede ser positivo, y a la vez, resultar un tanto negativo.
Al llegar al colegio comienza una etapa más
compleja de aprendizaje, en la cual son preparados para defenderse en el
bachillerato, ciclo de gran importancia.
Es justamente en el bachillerato, donde los jóvenes
aprenden a valerse de asombrosas excusas para evadir asignaciones, y donde
muchas veces los docentes son causantes de eso, y los padres se comportan como
apoyadores, ignorando la realidad del proceso educativo de sus hijos, por falta
de interés.
En una era donde las fotocopias y las tareas
robadas de internet, son la norma, los docentes deberían desarrollar mejores
estrategias de educación.
A los alumnos se les debe enseñar a realizar análisis
en caliente, evitando dejar tregua al plagio y al facilismo, pero qué se puede
esperar, si la mayoría de los docentes extraen su contenido de portales web, o
se abrazan a una fotocopiadora para trabajar basándose en material que
encuentran, muchas veces obsoleto. Otros acuden a sus aulas con el libro que
consideran poseedor de la verdad, y se les va la clase leyendo las páginas de
dicho ejemplar.
Se
supone que los docentes se prepararon lo suficiente para ejercer esa
maravillosa profesión. Claro que pueden apoyarse en esos recursos, pero es
inaceptable que sea la única herramienta para desarrollar su metodología.
El tema es largo, por eso he decidido dividirlo en
varias entradas, sin embargo, no todo es crítica. Existen muchísimos docentes
que nos han inspirado en la vida, no has inculcado grandes valores y han
servido de apoyo en más de una oportunidad, al punto de convertirse en personas
importantes en nuestra vida, porque estoy segura que más de uno tiene un maestro en especial que recuerda con cariño y admiración. Yo tengo algunos, y
cuando por simple casualidad me encuentro con ellos, no pierdo la oportunidad
de compartir un café y nutrirme de esos conocimientos y habilidades que los
hacen sobresalir del montón.
La educación es más que una profesión, enseñar no debe ser visto como un simple trabajo y nada más, no olviden queridos profesores que de ustedes depende gran parte de lo que ocurre en nuestra sociedad.
Hoy es 15 de enero, Día del Maestro en Venezuela, así que para los buenos educadores, los grandes e ilustres docentes, ¡felicidades!
No dejes de leer la continuación del tema: "La educación en la era de las fotocopias (II)".
No dejes de leer la continuación del tema: "La educación en la era de las fotocopias (II)".
1 comentarios:
La mayoría de los representantes muchas veces culpan a los maestros por la educación de sus hijos pero como docente comprendo que mi responsabilidad es mayor, como madre y como facilitadora. Todos tenemos la responsabilidad de ser instructores y moldeadores de la enseñanza y valores desde el hogar, y en la escuela hay que reforzar las estrategias de educación.
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