Las nuevas tecnologías
y el deseo de las grandes empresas desde siempre, se han considerado como el
detonante entre la confrontación de la naturaleza, y los deseos de hombre
contemporáneo.
Las grandes empresas,
día a día en su necesidad de expandir sus emporios, se han visto tentadas por
afectar todo a su paso, incluso, parques naturales de gran importancia.
Pero quien se pueda ver afectado, debe saber qué hacer y cómo luchar en contra
de las grandes compañías que intentan hacerlo, ya sea por medio de protestas
silenciosas, o mudándose a vivir a uno de estos escenarios verdes, tal es el
caso de Miranda Gibson, una joven que vive desde el 14 de diciembre del
2011, en un árbol de eucalipto de 60 metros de altura, en el bosque de
Tasmania, como protesta ante la desaprobación de la la ley de protección de
bosques por parte del parlamento australiano.
Miranda
tiene un equipo de apoyo que cerca de hora y media para llevarle víveres, y
agua hasta su actual morada, y allí cuenta con una serie de paneles
solares, y conexión wi-fi que le permite mantener a sus seguidores y
ambientalistas informados acerca de su experiencia, en su página web.
Al verla en
su lucha, no es extraño recordar a Julia Hill quien en 1999 trasladó su
domicilio a una secuoya en el estado de California en Estados Unidos.
Estos casos
se presentan con muy poca frecuencia, siempre vemos protestas por parte de
seres humanos interesados en la protección de los bosques, y las causas
naturales, pero muy poco se llevan a cabo protestas que trascienden pancartas o
vallas de tela. Cambiar tu vida, por vivir en un árbol, no debe ser fácil, como
tampoco, debe serlo para los empresarios, con los cuales no están de acuerdo, o
como en este caso, con las legislaciones, que no solo intentan doblegar por
medio de normas sino también de lineamientos que solo consiguen que
personas como Miranda, emprendan una lucha digna de ejemplo.
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