Siempre leo que la
basura es un problema alarmante, que el calentamiento global avanza cada día
más y que repercute inmensamente en la sociedad, que debemos hacer algo al
respecto, pero qué extraño, es muy inusual enterarme que alguien está tomando
las riendas y está mostrando por lo menos un pequeño grado de iniciativa para
llevar a cabo campañas de reciclaje.
He tocado este punto en más de una oportunidad y no pienso dejar de hacerlo
hasta lograr que por lo menos una mínima parte de las personas que llegan a
leerme, ACTÚE.
También yo he sido causante de tanto derroche de energía, de acumulación de
desechos en nuestro ecosistema, pero que no se diga nunca que no he intentado
reducir y darle a mi planeta lo que con tanto clamor espera de nosotros.
No se trata de hacer esfuerzos elevados ni complicados. Sólo con iniciativa y
verdadero sentido de pertenencia, se pueden lograr muchas cosas. No es preciso
que nos volvamos unos ambientalistas empedernidos o que cambiemos nuestro estilo
de vida de la noche a la mañana, sino más bien de ir poco a poco, documentarnos al respecto y haciendo algo para que nuestra huella ecológica no sea tan fuerte, y contribuir con el Planeta Tierra.
Ahora bien, ¿qué es
reciclar?
Es darle nuevamente
utilidad a los componentes usados mediante la elaboración de nuevos productos.
Esa reincorporación de recursos ya usados en los procesos para la elaboración
de nuevos materiales ayuda a conservar los recursos naturales ahorrando
energía, tiempo y agua que serían empleados en su fabricación a partir de
materias primas.
El reciclaje contribuye a disminuir o evitar la acumulación de basura que con
frecuencia se observa en nuestras ciudades, minimizando el riesgo de
enfermedades a las que estamos expuestos por la presencia de desechos. Además,
crea una cultura ambientalista que permite controlar la mala disposición de los
desechos o basura.
En muchos países están tomando cartas en el asunto y han planteado la
posibilidad de disminuir el consumo de materiales que a la larga representan un
grave impacto en nuestro ecosistema como por el ejemplo, las bolsas plásticas.
Sí, esas mismas que nos dan en los supermercados cuando vamos a realizar
nuestras compras. Representan un valor agregado a tantos otros factores
contaminantes.
Toneladas de esas
bolsas que nos resultan tan inofensivas, van a dar al mar, lagos, ríos, selva y
a cualquier parte del planeta, que con el tiempo se fotodegradan, provocando no
sólo acumulación de desechos sino que además atentan fuertemente con nuestros
suelos, vías fluviales, flora, fauna y lo que es peor, debido a la cadena
alimenticia, esas mismas partículas que son producidas por esas bolsas,
repercuten inmensamente en la salud de todos y cada uno de los que poblamos
este universo.
Alrededor de 500 billones y un trillón de bolsas desechables, son consumidas en
el mundo y el problema no queda ahí, sino que además resulta más complicado y
costoso reciclarlas que producir una nueva.
Más de diez millones de libras de bolsas plásticas son arrojadas al mar cada año,
entonces es como para detenernos a pensar un poco y a evitar ese consumo. Ya
son varios los países que decidieron prohibir el uso de bolsas plásticas, tal
es el caso de China, Singapur, Israel, entre otros.
Después de todo no puede ser tan difícil, sólo es cuestión de iniciativa y
compromiso.
Porque así como es alarmante el consumo excesivo y a veces tan innecesario de
bolsas y diversos productos que a la larga se convierten en contaminantes,
también lo es el despilfarro de agua, de ese vital líquido que si nos llega a
escasear será lamentable para todos.
El planeta entero se
está dando cuenta que la única manera de detener el calentamiento global y
otras formas de degradación ambiental es uniendo a la humanidad en un solo
esfuerzo. Entonces no esperemos más tiempo o mejor dicho, no lo perdamos más y
propongamos todos alternativas para solucionar estas problemáticas. Desde
nuestros hogares, centros de estudios, trabajos, comunidad en general es mucho
lo que se puede hacer.
Dediquemos un día para revisar que no existan fugas de agua o problemas con el
calentador. Tratemos de cambiar todos los bombillos de luz amarilla por la
blanca, ¡Ni nos imaginamos el gran ahorro que generaríamos!, no olvidemos
cerrar la llave del agua mientras lavamos la ropa, nuestro rostro, dientes, en
la cocina. Evitemos perder el agua innecesariamente, ahorremos un poco. Muchas
personas haciendo lo mismo, generarían un gran impacto positivo para nuestro
ecosistema. Aparte de esto, podríamos decidir desperdiciar menos papel imprimiendo
y fotocopiando por ambas caras. Reutilicemos los objetos y recursos, por
ejemplo un papel ya utilizado por una parte, podemos dejarlo como apuntador
para cualquier nota que queramos dejar en casa u oficina. Es fácil, sólo es
cuestión de aprender a reciclar desde nuestros hogares.
¡Maestros! ¡No soliciten a sus alumnos más material del que vayan a necesitar!
Y pídanles enviar sus papeles por correo electrónico, no olvidemos que la
tecnología es un boom, entonces vamos a valernos de eso. Aprovechen su posición
para crear conciencia en las escuelas, traigan el arte a la vida y pronto verán
la diferencia.
Vamos a disminuir el uso de pitillos. Es una cuestión de costumbre y el dejar
de usarlos en la mayoría de las bebidas ayuda considerablemente. Tanto igual
con los vasos plásticos, ¿Por qué no usar uno personal?, es higiénico y económico.
Averigüen qué entidades de caridad u ONG pueden tomar sus cosas viejas como
donaciones en vez de simplemente tirarlas. Muchas organizaciones toman estas
cosas, las reciclan y las revenden para financiar sus actividades. En la red
hay tanta información de cómo reciclar y por qué, sólo es cuestión de
documentarnos un poco y de verdaderamente tomar las riendas.
¿Crees que los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales tienen los
roles primarios en este asunto? Olvidemos eso. ¿No hemos oído suficiente del
poder para el pueblo y el consumidor? Castiguemos a la inconsciencia, a las
compañías que contaminan sus zonas aledañas y presionemos al gobierno para que
revise las leyes sobre contaminación y las haga cumplir. ¿Tienen ellos alguna
piedad cuando se trata de vender sus productos o recolectar impuestos?
Vamos a reducir y a recuperar. Debemos disminuir un poco el consumo de estos
recursos y darles un mayor uso, recuperemos lo que creemos ya utilizado y
volvamos a darle función. Hay muchas industrias que están trabajando en la disminución del impacto ambiental, averigüemos de qué trata eso y colaboremos.
¿Sabías que al reciclar
una tonelada de papel se salvan 17 Árboles?
Un mismo papel se puede
reciclar de 6 a 15 veces.
Para la buena realización del reciclaje es indispensable la recogida selectiva.
La basura está constituida básicamente por papel, cartón, vidrio, metal,
plásticos, materia orgánica, varios y control sanitario. Si esta se compone de
varios desperdicios y si como desperdicios no fueron basura si los separamos
adecuadamente podremos controlarlos y evitar posteriores problemas.
Son muchas las ventajas de llevar a cabo este tipo de proyectos, como por
ejemplo que por medio de la recuperación ambiental, se ahorra materia prima y
energía, se reduce la cantidad de residuos a tratar por métodos tradicionales
(vertedero e incineración) y algo muy importante, requiere la participación
ciudadana, con las correspondientes repercusiones sociales. Haciéndonos más
conscientes de los problemas medioambientales.
Incluso, podemos vender lo que reciclemos, existen muchas empresas que
aprovechan esos materiales para construir sus productos y ofertarlos.
Reciclemos, vendamos, aunque sea por economía, pero es necesario hacer algo y
es ahora el momento.
Diez millones de personas haciendo estas cosas simples todos los días aunque
parezca dudoso, definitivamente ayudarán a reducir mucho el problema de la
contaminación mundial.
¡PASA LA VOZ!
¡Actuemos y dejaremos
de empeorar la situación ambiental del planeta!